Por extraño que suene, es muy importante fijarnos en la consistencia, el color y aspecto en general de nuestras heces, ya que a través de ellas podemos verificar en qué estado de salud nos encontramos.
Según la escala de Bristol, desarrollada por Heaton y Lewis, la materia fecal contiene aproximadamente un 75% de agua y el resto de su contenido consiste en fibra, células, bacterias (pueden estar vivas o muertas) y moco. Además nos enseñan 7 (siete) tipos de clasificación para las heces.
Tipo 1: Terrones duros separados, como tuercas (difíciles de evacuar). (Muy estreñido).
Tipo 2: Parecido a una salchicha, pero aterronado. (Estreñido).
Tipo 3: Como una salchicha pero con grietas en su superficie. (Normal).
Tipo 4: Como una salchicha o una serpiente, lisa y suave. (Perfecto).
Tipo 5: Bolas blandas con los bordes definidos (fáciles de evacuar). (Carece de fibra).
Tipo 6: Pedazos blandos con los bordes desiguales. (Posible diarrea).
Tipo 7: Acuosas, ningún sólido une las piezas (enteramente líquidas). (Diarrea).
Tomando en cuenta esta clasificación, debemos tener en cuenta que los tipos 3, 4 y 5, representan la forma y textura que deben tener las heces habitualmente.
Si llegarás a tener las heces con el tipo 1 o 2, nos indican que estás sufriendo de estreñimiento, y es necesario ir a consulta médica para averiguar las posibles causas.
Ojo los tipos 6 y 7, causantes de la diarrea, también deben ser vistas por el médico, ya que las causas probables pueden comenzar a través de un virus causado por gripe que afecta directamente al estómago, hasta pasar por la intolerancia a la lactosa, o una enfermedad como el síndrome de intestino irritable.
El color de las heces ¡sí importa!
Así como debemos darle importancia a la forma y consistencia de las heces, el color de las mismas no sé queda atrás. A través de ellas se refleja la calidad de nuestra alimentación y el tipo de alimentos que ingerimos.
Sin embargo, debemos tener en cuenta que las alteraciones en el color también pueden indicar, problemas intestinales o enfermedades, como por ejemplo hepatitis o úlcera gástrica.
Marrones. Las diversas tonalidades de marrón por lo general se consideran saludables, e indican que la dieta que consume el individuo es equilibrada.
Verdes. Un elevado consumo de verduras de hoja verde, como las espinacas, puede teñir las heces de este color.
Sin embargo, también puede significar que los alimentos atraviesan rápidamente el intestino grueso, lo que impide que la bilis se descomponga completamente, por lo que si la situación se prolonga, debes comentárselo a tu médico.
Recomendación: debes evaluar si hubo algún tipo de aumento en la ingesta de vegetales verdes, o si estás tomando alguna medicación que contenga hierro en su composición. Si este no es el caso, es recomendable consultar un gastroenterólogo, si el problema persiste por más de 3 días.
Amarillentas. Puede deberse a varias causas, una de ellas es la giardiasis (parásito microscópico unicelular que vive en el intestino delgado de las personas y se transmite en las heces de una persona o animal infectado).
Si además de amarillentas, las heces tienen una apariencia grasienta y un olor desagradable, puede tratarse de malabsorción o enfermedad celíaca.
Recomendación: debes mantenerte atento a otros cambios en las características de las heces como por ejemplo la consistencia y en la forma. Sí la alteración dura más de 3 días se recomienda consultar un gastroenterólogo para identificar el problema e iniciar el tratamiento adecuado.
Claras. Si las heces son muy claras podría deberse a una deficiencia de bilis, e indicar problemas de salud importantes como una obstrucción biliar, hepatitis, cirrosis, trastornos del páncreas.
Recomendación: consulta a un gastroenterólogo para que te realice los exámenes de diagnóstico, como una tomografía o una ecografía abdominal, así se podrá verificar cuál es el problema e iniciar el tratamiento adecuado.
Rojas. Puede deberse a la ingesta de alimentos, medicamentos, o colorantes alimentarios de ese color, en cuyo caso deberían volver a su tono normal al dejar de consumirlos.
Si se trata de un color rojo brillante, podría ser un signo de sangrado intestinal, o la presencia de sangre procedente de una herida o hemorroides, y también es motivo de consulta médica.
Recomendación: debes acudir de inmediato al centro de salud más cercano o consultar a tu gastroenterólogo, para diagnosticar el problema e iniciar el tratamiento adecuado.
Negras. Los suplementos de hierro oscurecen el tono de las heces, pero si no se están tomando, el color negro puede indicar desde un exceso de bilis hasta un sangrado en el tracto gastrointestinal superior, como el estómago.
Recomendación: en caso que no esté ingiriendo suplementos o medicamentos con hierro, se aconseja consultar lo más rápido posible a un gastroenterólogo o acudir al centro de salud más cercano. De igual manera debes estar atento en caso surjan otros síntomas como fiebre, cansancio excesivo o vómitos.
La materia fecal se acaba de convertir en una de las maneras más fieles de verificar en qué estado de salud se encuentra nuestro organismo.
Por muy asqueroso que te pueda sonar, ellas son nuestras mejores amigas, aunque no debemos obsesionarnos con ellas, si debemos saber que la mayoría de las alteraciones en nuestro defecar diario no dan problemas y son consideradas totalmente normales.
Debemos poner de nuestra parte al momento de alimentarnos, ya que esto ayudará a mejorar nuestra digestión y ayudará a que disfrutemos, más de lo que habitualmente hacemos, el comer.
Recuerda, una observación sencilla en casa, puede prevenir problemas digestivos y mantener en positivo nuestra propia salud.